Pasar al contenido principal

2-may.-2025, viernes de la 2.ª semana de Pascua

Que, al igual que este joven que puso a tus pies los cinco panes y los dos peces, seamos generosos para repartir y compartir lo mucho o lo poco que tenemos

Gracias por la esperanza y el optimismo con el que iniciamos este nuevo día que nos regalas y este mes que hemos iniciado después de nuestro descanso del día anterior. Que todo lo que emprendamos sea para cumplir la voluntad del Padre celestial, amando y sirviendo de palabra y obra. 

Hoy nos das la ocasión de seguir el ejemplo de san Atanasio —que nacido en Alejandría en el año 295—, a quien diste la misión de defender tu divinidad. 

Ayúdanos a verte en nuestros hermanos no como simple hombre, sino sintiendo tu divinidad. Concédenos una gran fe y sabiduría para que nunca te neguemos y ayudemos a nuestros hermanos a mantenerse siempre fieles a Ti; para que este viernes sea lleno de satisfacciones y podamos tener la alegría de sentir tu presencia amorosa y misericordiosa; para hablar con tus palabras, pensar con tus pensamientos, hacer el bien y glorificarte. Que, al igual que este joven que puso a tus pies los cinco panes y los dos peces, seamos generosos para repartir y compartir lo mucho o lo poco que tenemos y recordando que «Dios ama al que da con alegría». San Atanasio con su testimonio de vida nos ayude a reconocer y a defender la encarnación de Cristo. 

Un muy feliz y generoso, viernes multiplicado en el amor del Señor. 

Meditación del Papa Francisco 

El que ama conoce a Dios; el que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. Pero no amor de telenovela. ¡No, no! Amor sólido, fuerte; amor eterno, amor que se manifiesta en su Hijo, que ha venido para salvarnos. Amor concreto; amor de obras y no de palabras. Para conocer a Dios hace falta toda una vida; un camino, un camino de amor, de conocimiento, de amor al prójimo, de amor a los que nos odian, de amor por todos. […]

El Señor tuvo compasión de la cantidad de gente que había ido a escucharlo, porque eran ovejas sin pastor, desorientadas. Y hoy mucha gente está desorientada en nuestras ciudades, en nuestros países. Por eso, Jesús les enseña la doctrina y la gente le escucha. Cuando luego se hace tarde y pide que les den de comer, sin embargo, los discípulos responden un poco nerviosos. Una vez más Dios ha llegado primero, los discípulos no habían entendido nada:

Así es el amor de Dios: siempre nos espera, siempre nos sorprende. Es el Padre, es nuestro Padre que nos ama tanto, que siempre está dispuesto a perdonarnos. ¡Siempre! No una vez, 70 veces 7. ¡Siempre! Como un padre lleno de amor y para conocer a este Dios, que es amor, debemos subir por el escalón del amor al prójimo, por las obras de caridad, por las obras de misericordia, que el Señor nos ha enseñado. Que el Señor, en estos días en que la Iglesia nos hace pensar en la manifestación de Dios, nos dé la gracia de conocerle por el camino del amor. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 8 de enero de 2015, en Santa Marta).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.